Por casualidad cayó en mis manos esta novela de Nicholas Sparks, una lectura fácil para las primeras tardes del año que empieza.
Se basa en el guión que el propio escritor hizo para la película del mismo nombre. No la reconocí por el título pero, en cuanto empecé a leerla, vi la escena en que la protagonista duerme en la playa para cuidar los huevos de tortuga boba.
Trata de una joven que, junto a su hermano, tiene que pasar un verano con su padre. No habla con el hace tres años pues nunca superó la separación de sus padres.
Entra en la madurez a consecuencia de muchas historias, pero también descubre el amor en distintas facetas de la vida.
Una historia triste pero muy entretenida.
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